REPORTAJES.adn // Carlos Splausky, un hombre llamado poesía
Domingo, 04 Febrero 2018 18:58
(adnmarcospaz).-- Esta conversación con el poeta Carlos Splausky, la sostuvimos a mediados de enero en el barrio de Floresta de Buenos Aires, un día en que convergieron el deseo de conocer al padre de una amiga y al poeta celebrado por Elvio Romero y Roa Bastos y además, prologado por Osvaldo Bayer.
Celebrado en silencio por Julio Félix Royano, Marcelo Simón, Máximo Paz y Ramón Ayala, alguno de ellos le dijo que sus imágenes sobran a las de Neruda, y Carlos, con la humildad aprendida en su infancia comenta, “si, pero yo no sería nada sin Neruda”.
El problema con Calos es que uno no logra descubrir en qué punto termina el poeta y en cuál comienza el humano, el hombre de carne y hueso, el viejo luchador social por un mundo sin explotación ni opresión, el padre, el amigo, el amante, el vecino del barrio que bordea a la Casa del poder en la captal de Argentina.
Lo curioso es cuando uno siente que la mejor sensación es saber que no existe manera de separar a uno de otro Carlos, que ambos son la simbiosis del mismo ser cuyo secreto es, precisamente, ése, ser el heredero de una típica familia ukraniana emigrada a las tierras calientes de Argentinas a comienzos del siglo XX cuando este país vivió su único despegue conocido de un subdesarrollo al que volvió por obra de las presiones dislocadoras de EE.UU. y de sus clases dominantes internas, incapaces de dar un solo paso hacia el progreso.
Hijo de un periplo siempre sorprendente de inmigrantes que poblaron parcialmente este país, recibió como legado el sentido contradictorio del cielo y el infierno, una de las improntas más resonantes de su poesía, cargada por los sopores de una vida de esfuerzos humanos y al mismo tiempo de emanaciones ensoñadoras. Algunas de esas emanaciones la pudo estampar en poesías en sus dos primeros libros de poesía: “Diurno Celeste” (una imagen en sí misma) “Contigo”, una proclama existencial desgarradora.
Más de una decena de textos de buena poesía contemporánea y una biografía, la de su abuelo (Igor, no otra cosa que un canto de poesía al viejo campesino esforzado de Ukrania). De su obra queremos destacar Filamento Sinfónico (2012), Fragmentos de Lumbre (2005) y Vivienda De Pájaros (1987).
Como todo poeta urbano actual, Carlos es víctima del vaciamiento poético del capitalismo contemporáneo, pero no sólo porque sus ideas lo alejan de los mercados literarios de la Cadena Cúspide y sus diarios poderosos (a pesar de su aporte a la lengua), también por algo más profundo: la sociedad contemporánea debe desprenderse de la poesía y toda forma de elevación humana que invoque la utopía, como condición previa a la instalación arrasadora de la infinidad de mercachiflerías electrónicas con las que mantienen entretenidas capas enteras de las franjas jóvenes del mundo. La poesía no cabe en este mundo.
Sus libros se puede comprar en los mercados marginales del mercado y a bajo precio como corresponde. Aún así, Carlos ha ganado el reconocimiento de instituciones como la SADE y Radio Nacional, o centros culturales de resistencia de San Telmo y otros barrios, y hasta en la Red Youtube podemos encontrar su palabra. Reportajes.adn quiere brindarle este homenaje, para el que bastó una enriquecedora conversación de más de dos horas en un café de Floresta.
Modesto Emilio Guerrero - ADN - Agencia de Noticias
Entrevista N° 20 al poeta Carlos Splausky
Tengo la alegría inmensa de presentarles el reportaje N° 20, con el queridísimo poeta Carlos Splausky, un poeta que alza su voz, defiende la poesía como un verdadero quijote espiritual, contra todos los molinos que quieren acallarla o despreciarla.
Carlos es un poeta con gran impronta, acreedor de una voz poética exquisita y siempre aporta enseñanza de vida, acaricia los corazones y nos deja en jaque hacia la reflexión.
Gracias estimado Carlos, es un inmenso placer tenerte en Esquirlas, tu ya eres un verdadero poema viviente.
Gracias infinitas Dulcinea Del Toboso y aplausos!!
Andrea Korduner
(adnmarcospaz).-- Esta conversación con el poeta Carlos Splausky, la sostuvimos a mediados de enero en el barrio de Floresta de Buenos Aires, un día en que convergieron el deseo de conocer al padre de una amiga y al poeta celebrado por Elvio Romero y Roa Bastos y además, prologado por Osvaldo Bayer.
Celebrado en silencio por Julio Félix Royano, Marcelo Simón, Máximo Paz y Ramón Ayala, alguno de ellos le dijo que sus imágenes sobran a las de Neruda, y Carlos, con la humildad aprendida en su infancia comenta, “si, pero yo no sería nada sin Neruda”.
El problema con Calos es que uno no logra descubrir en qué punto termina el poeta y en cuál comienza el humano, el hombre de carne y hueso, el viejo luchador social por un mundo sin explotación ni opresión, el padre, el amigo, el amante, el vecino del barrio que bordea a la Casa del poder en la captal de Argentina.
Lo curioso es cuando uno siente que la mejor sensación es saber que no existe manera de separar a uno de otro Carlos, que ambos son la simbiosis del mismo ser cuyo secreto es, precisamente, ése, ser el heredero de una típica familia ukraniana emigrada a las tierras calientes de Argentinas a comienzos del siglo XX cuando este país vivió su único despegue conocido de un subdesarrollo al que volvió por obra de las presiones dislocadoras de EE.UU. y de sus clases dominantes internas, incapaces de dar un solo paso hacia el progreso.
Hijo de un periplo siempre sorprendente de inmigrantes que poblaron parcialmente este país, recibió como legado el sentido contradictorio del cielo y el infierno, una de las improntas más resonantes de su poesía, cargada por los sopores de una vida de esfuerzos humanos y al mismo tiempo de emanaciones ensoñadoras. Algunas de esas emanaciones la pudo estampar en poesías en sus dos primeros libros de poesía: “Diurno Celeste” (una imagen en sí misma) “Contigo”, una proclama existencial desgarradora.
Más de una decena de textos de buena poesía contemporánea y una biografía, la de su abuelo (Igor, no otra cosa que un canto de poesía al viejo campesino esforzado de Ukrania). De su obra queremos destacar Filamento Sinfónico (2012), Fragmentos de Lumbre (2005) y Vivienda De Pájaros (1987).
Como todo poeta urbano actual, Carlos es víctima del vaciamiento poético del capitalismo contemporáneo, pero no sólo porque sus ideas lo alejan de los mercados literarios de la Cadena Cúspide y sus diarios poderosos (a pesar de su aporte a la lengua), también por algo más profundo: la sociedad contemporánea debe desprenderse de la poesía y toda forma de elevación humana que invoque la utopía, como condición previa a la instalación arrasadora de la infinidad de mercachiflerías electrónicas con las que mantienen entretenidas capas enteras de las franjas jóvenes del mundo. La poesía no cabe en este mundo.
Sus libros se puede comprar en los mercados marginales del mercado y a bajo precio como corresponde. Aún así, Carlos ha ganado el reconocimiento de instituciones como la SADE y Radio Nacional, o centros culturales de resistencia de San Telmo y otros barrios, y hasta en la Red Youtube podemos encontrar su palabra. Reportajes.adn quiere brindarle este homenaje, para el que bastó una enriquecedora conversación de más de dos horas en un café de Floresta.
Modesto Emilio Guerrero - ADN - Agencia de Noticias
Tengo la alegría inmensa de presentarles el reportaje N° 20, con el queridísimo poeta Carlos Splausky, un poeta que alza su voz, defiende la poesía como un verdadero quijote espiritual, contra todos los molinos que quieren acallarla o despreciarla.
Carlos es un poeta con gran impronta, acreedor de una voz poética exquisita y siempre aporta enseñanza de vida, acaricia los corazones y nos deja en jaque hacia la reflexión.
Gracias estimado Carlos, es un inmenso placer tenerte en Esquirlas, tu ya eres un verdadero poema viviente.
Gracias infinitas Dulcinea Del Toboso y aplausos!!
Andrea Korduner
Esquirlas de un alma en fuga
Este es un Blog dedicado a conocer en profundidad a los diferentes poetas, con el propósito de eternizar sus pensamientos en el ciberespacio.
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